viernes, 24 de diciembre de 2021

Piedras de tropiezo




“Scandalus” viene del latín (proveniente del griego skándalon) y son obstáculos o piedras de tropiezo que hacen caer. En el caminar cotidiano nos topamos con numerosos “escándalos”, ya sea una película de televisión blasfema o inmoral, una compañía que tiene malos hábitos o posee una mala educación, o tantas cosas que alteran nuestra imaginación o guardamos en nuestra memoria como esas palabras indecentes que luego el demonio utiliza para tentarnos.

Cierta ocasión escuché una plática sobre “aprender a filtrar” para tener una vida saludable. Así como en la cocina se pasa por el colador todo lo que no queremos en nuestra comida, así también se debe filtrar todo lo que no queremos en nuestra imaginación o en nuestra memoria auditiva. No es poca cosa esta tarea y lleva muchos años de práctica e instrucción, como cuando un profesional se afianza en su labor, así también en la vida espiritual se debe aprender y perfeccionarse, pues el buen trato con las personas y con Dios es la labor más difícil a alcanzar en esta vida.

Estas líneas surgen a raíz de un pensamiento reciente sobre un personaje reconocido que tuvo un desliz en su vida sentimental (pasional), hecho que en absoluto llama mi atención, pero recientemente recordé esto que en alguna ocasión tuve conocimiento y me pareció entender que eso fue motivo de tropiezo para aquella persona. Lo cuál me lleva a reflexionar que las puertas que uno abre al mal espíritu no se cierran solas, es necesario un acto de voluntad de nuestra parte. Puede ser normal olvidarse del asunto u ocultarlo en nuestra psiquis pero esto no sana la herida y seguirá siendo una puerta de acceso a nuestro interior, y una piedra de tropiezo para nosotros.

Por lo tanto, ¡a no tener puertas abiertas al mal y cuidar mucho lo que se ve, y a quienes queremos como compañía! Como escribió Escribá de Balaguer en alguna ocasión, “que cada uno haga lo que quiera, tú obedece a Dios”.