domingo, 27 de noviembre de 2022

La Santa Pureza

Hemos mencionado y alabado los beneficios que traen consigo las virtudes de la Pobreza Evangélica y la Obediencia, no se puede dejar de mencionar esta columna que sostiene al hombre erguido como un cedro. ¡Qué hermosa es esta virtud!, todo el que la posee brilla como adornado por un diamante precioso y el mundo apenas la reconoce se la quiere robar como un ladrón. Todas las armas de los enemigos del alma atacan primeramente esta virtud, en aquellos que se esfuerzan por conservarla el Señor mismo la defiende con mano poderosa, el alma en gracia se refugia en el Señor y el Espíritu dice: “este es mi templo”.

Si se guarda esta virtud en la adolescencia, se puede madurar rectamente, sin doblez ni arrugas, como un ciprés que se eleva hasta alcanzar grandes alturas. Junto a esta virtud vienen grandes premios como la claridad de entendimiento y pureza de intención, también una bienaventuranza: “Dichosos los puros de corazón porque ellos verán a Dios”.

Si no hay pureza o castidad es poco probable que haya otras virtudes en sentido pleno. Como ha escrito algún doctor de la Iglesia: una virtud llama a otras. Si se desprecia esta virtud el hombre se hace esclavo de las pasiones y todas las potencias del hombre quedan comprometidas, es como dejar desprotegida una fortaleza, basta dejar una puerta abierta para que toda la fortaleza quede a merced del enemigo, y la vida del esclavo termina siendo muy penosa, ya que el patrón en este caso no será misericordioso con su sometido.

No sólo los religiosos deben procurarse esta virtud, también se puede conservar en la vida matrimonial sin menoscabar la relación con la pareja. ¡Tantos se arrepienten de llevar una vida lujuriosa y muchos terminan odiándose a sí mismos o despreciando su propio cuerpo!, lo que lleva en la mayoría de las ocasiones a que no prospere la relación conyugal.

En fin, son muchos los beneficios de esta virtud y es muy amada por Dios. La oración de un alma pura y en gracia de Dios llega a los oídos del Todopoderoso según dicen los santos y Su respuesta llegará en el momento oportuno.

sábado, 12 de noviembre de 2022

El origen de nuestras obras

Todo actuar tiene un origen, así como una planta nace de su raíz y se alimenta desde la misma, el actuar del hombre también tiene su origen en los pensamientos.

Los pensamientos determinan nuestro actuar, por eso la Palabra de Dios nos recuerda: Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, que sea objeto de vuestros pensamientos. Y el Dios de la paz estará con vosotros (Filipenses 4, 8-9). Y también: "Los pensamientos tortuosos apartan de Dios" (Sabiduría 1, 3)

Santo Tomás de Aquino llega a la deducción que el deseo de riquezas es la raíz de todo pecado. Puesto que así como la raíz permite crecer a toda la planta, de la misma manera las riquezas alimentan todo pecado. (Suma teológica - Parte I-IIae - Cuestión 84). También llega a la conclusión que este pecado de codicia encuentra primeramente su principio en el amor desordenado de uno mismo.

Dijimos que los pensamientos determinan nuestro actuar. Lo cual significa que nuestro actuar estará condicionado de acuerdo a nuestro pensar. Si los pensamientos son de generosidad, afabilidad y desinterés, tendremos un trato amable con el prójimo y las riquezas no serán un medio para pecar; por el contrario, si nuestros pensamientos son egoístas, altaneros, despreciativos, tendremos un trato frío y áspero con los demás. Si se apaga la caridad la sociedad se vuelve más violenta. Escribía Dionisio de Alejandría luego de la persecución del emperador Valeriano que hizo apostatar a los cristianos que quedaban en Egipto, que al volver a esas tierras encontró “que la gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban y se mataban por cualquier cosa. No se podía ya ni salir a la calle sin peligro de ser asesinados”.

Por lo tanto debemos vigilar nuestros pensamientos que ahí es desde donde nos tienta el demonio y confiar siempre en el Señor meditando constantemente en su Palabra: “¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.” (Jeremías 17, 7-8)

jueves, 10 de noviembre de 2022

La Santa Obediencia

Ya mencionamos anteriormente la grandeza de la pobreza evangélica, ahora podemos esbozar algunas palabras en honor a la santa obediencia, pero atención, que existe una obediencia que no obliga y a la que debemos huir como del mismísimo infierno, y es aquella con la que nos obligamos a hacer algo que está mal: contrario a los mandamientos o que dañan la integridad o el buen nombre ajeno. Es necesario recordar que esta obediencia no obliga y si por error nos sometemos a ella no será tenida en cuenta, al contrario, al cumplirla nos hacemos cómplices del mal y merecedores de castigo.

Pero no hay palabras para alabar la santa obediencia. Por ella Dios se vale para hacernos saber su voluntad. Se puede decir que Dios da a conocer Su voluntad mediante la obediencia. Los hijos deben obedecer a sus padres mientras están bajo su mandato como un religioso deberá recurrir a su superior. Hay que notar que los hombres pecamos y somos débiles y esto puede confundir en cuanto al discernimiento, puesto que naturalmente cuanto mayor santidad o virtud muestre una persona, naturalmente se tiende a confiar más en la misma, mientras uno se encuentre en estado de gracia.

Los frutos de la obediencia se ven tanto en la vida laica como consagrada, como es el caso de religiosos o sacerdotes, que tienen la misión más importante de hacer llegar la gracia de Dios a los fieles de la manera más perfecta. Sé del caso de un sacerdote que después de la celebración de la Misa hacía imposición de manos y como era mucha la gente que hacía cola para recibirla le autorizó a su ministro de la eucaristía para que también lo hiciera. Conozco a una persona que asistió a esta celebración y recibió la “bendición” mediante la imposición de manos de parte de esta persona (de quién desconocía que no tenía la autoridad para hacerlo) e inmediatamente se empezó a sentir mareado y con ganas de vomitar, y esto luego de comulgar. Más tarde se enteró que esta persona que hacía imposición de manos no debía y el sacerdote estaba desobedeciendo al autorizarlo. He escuchado de grandes desgracias de personas que han desobedecido a sus padres aun creyendo que daban honor a Dios. Conozco el caso de una persona que estaba por realizar un viaje y la madre le avisó que soñó dos veces que lo iban a matar en aquel lugar y esto sin que el hijo aún le comunicara su decisión de hacerlo. Gracias a Dios en esta ocasión el aviso de su madre fue motivo para cancelar aquel viaje.

Por lo tanto la obediencia es el camino seguro y eficaz para el cumplimiento de la voluntad de Dios. También es importante discernir y no tomar las decisiones precipitadamente, especialmente cuanto más importante es aquello que debemos decidir.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Reflexiones 2

1. Aceptando los bienes y los males…

“El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar también los males?” Un pasaje de la Biblia del libro de Job que puede pasar desapercibido, pero resume el camino que el Señor pide para entrar en el Reino de los Cielos: S.MATEO - Cap.18, 3 “Si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos”.

No es sencillo ponerse en manos de Dios nuestro Padre, primero hay que tratar con El. Como en la vida y así como nos relacionamos con nuestros padres naturales, hay idas y vueltas. Al principio lo escuchamos con atención (aquellos que deseamos conocerlo), luego nos olvidamos de cumplir aquello que nos pide o nos desalentamos por el trato con el prójimo. Lo importante es siempre volver a nuestro Padre celestial que está pronto a perdonarnos, recuperar ánimo y volver a la senda de la confianza y de la caridad, el camino que nos lleva al Cielo. Aquel que encontró santa Teresa del niño Jesús, que lo describe como el camino más corto al Reino de los Cielos.

Tampoco es sencillo tratar con Dios nuestro Padre, puesto que como se suele decir: donde está Dios, el diablo mete la cola. Seguramente habrán tentaciones y pruebas (y esto es señal que es el camino correcto) pero por la constancia salvaremos nuestras vidas (Lucas 21, 19).


2. El justo aprecio de nosotros mismos…

La mortificación de los sentidos y las disciplinas que nos imponemos a veces para dominar las pasiones ciertamente son meritorias pero no hay que olvidar que toda penitencia y oración deben ayudar a acrecentar la caridad hacia el Dios y el prójimo. Como dijo san Francisco de Asís en cierta ocasión, que puede haber personas que logran largas horas de oración y mortificación, pero al ser insultadas o menospreciadas enseguida se ofenden e irritan.

Podemos tomar la cita evangélica: “Si te golpean en una mejilla, ofrece también la otra”, o “si quieren quitarte la túnica, déjale también el manto”. Requiere madurez espiritual poder vivir estas enseñanzas, ciertamente no se consigue de un día para el otro. Primeramente habrá que hacer nuestros algunos hábitos que nos permitan actuar de manera adecuada ante ciertas circunstancias.

Esto no implica despreciarnos a nosotros mismos, sino por amor a Dios y al prójimo ser condescendientes con la miseria ajena. Para empezar, dar limosna y no despreciar al necesitado pueden ser los hábitos que nos lleven al heroísmo.


3. De vuelta al Padre

La ciencia no puede explicar el origen y el ser del hombre. Lo que es no es un misterio es que el hombre posee un alma inmaterial (puesto que posee potencias inmateriales y es capaz de abstraer) y que fue creado, esto es, no surge de una supuesta evolución, como afirma alguna teoría que hasta el momento no tiene ningún sustento verificable, la cual pareciera más bien una fábula adolescente inventada que una teoría científica. Y como dice el proverbio: De la nada nada surge.

Es necesario leer las Sagradas escrituras para intentar conocer el origen del hombre y en ellas encontramos que al principio vivió en el Paraíso, un estadio inferior a la Visión Beatífica.

Si bien pareciera que el hombre quedó reducido a una condición miserable, gracias a la misericordia de Dios ahora puede alcanzar el estadio que el tentador le ofreció en el Paraíso. Usando la lógica: si por desobediencia el hombre se alejó del Padre, tiene que ser por obediencia que podamos volver a El. Dios nos ayude a darle a su Palabra en las sagradas escrituras la importancia que merecen.


4. La pedagogía de la Sabiduría

Al leer la vida de los santos podemos quedar admirados de las máximas y virtudes que los adornan. Pero, esto se suele dar al final de un camino rudo y exigente, que generalmente pasa desapercibido.

Todos podemos alcanzar la santidad, como dice J. Escribá de Balaguer, es haciendo con amor lo cotidiano donde está la santidad. Efectivamente, las grandes obras son llamativas y pueden inspirar, pero estas son obras de Dios, y es Él quién las hace prosperar. También en esto, en toda gran obra, hay un gran sacrificio humano que la hace posible, y también pareciera que el sacrificio es proporcional al éxito de la obra.

Es cierto que no se ven muy seguido, lamentablemente, personas sabias o santas hoy en día, pero qué prósperos fueron algunos períodos de la historia que vieron nacer varios santos que fueron contemporáneos, con su entusiasmo contagiaban y entre ellos podían valerse para no desanimarse.

Leemos en la Escritura: Al comienzo, la Sabiduría lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias. (Eclesiástico 4, 17).

Se puede decir entonces que es necesaria la perseverancia para ser sabios y humildes. Los deportistas que perseveran alcanzan el dominio de su profesión, y sólo en este estado se tiene una real conciencia de lo que implica ser un atleta “olímpico” y el sacrificio que demanda. Perseveremos pues en la pedagogía de la sabiduría como un atleta olímpico para alcanzar el premio de los que llegan a la meta.


5. Sin guardarnos nada

He conocido personas que realmente han inspirado con su trabajo, pero algo curioso, que las que más se han esforzado, digo, realmente esforzado, son personas humildes. En cambio, no sucede así con aquellos de los cuales se podría pensar que triunfaron en sus profesiones, pero no se puede decir de los mismos que se distinguieron por su esfuerzo. El trato con estas personas da la sensación que son soberbias y que desprecian a otros, pero su conocimiento es muy inferior al primer grupo que menciono, es realmente una diferencia abismal.

¿Cómo es que alguien mediocre que haya “triunfado” pueda ser tan soberbio, mientras que el que realmente sabe en la profesión sea humilde? Se podría explicar aduciendo que el segundo es consiente que la sabiduría es “prestada” y reconoce a Su artífice o que conoce sus límites en cuanto al saber, mientras que el primero cree que ha prosperado (humanamente hablando con lo poco que pudo aprender) por su mucho saber.

Creo que es imposible llegar a un alto grado de progreso en cualquier ciencia y no reconocer una ayuda divina en el proceso. Es que la especificación es tan grande y tanto el tiempo de aprendizaje para realizar con exactitud aquello que nos proponemos (sumado al conocimiento limitado que aún tenemos) que a veces no alcanza una vida para ver los resultados y Dios en su misericordia nos da una mano para que podamos ver resultados de nuestro esfuerzo.

Ciertamente el Señor actúa de muchas maneras y también en modos misteriosos para los hombres, pero siempre recompensa el esfuerzo de una buena voluntad.


6. Medjugorje, un llamado..

Medjugorje es un pueblo de Bosnia-Herzegovina rodeado de montañas (de ahí su nombre) donde la Madre de Jesús desde hace más de 30 años está dando mensajes a la humanidad. ¿Qué puede ser más importante después de la Palabra de Dios que un acontecimiento de esta índole? Anteriormente también sucedió en Lourdes y Fátima donde dio mensajes a la humanidad alertando del grave peligro en que se encontraba y la inminencia de dos guerras mundiales (una primera pronto a desatarse y si el hombre no se convertía llegaría también una segunda).

En mi estadía logré ver a dos de los videntes e interiorizarme con la magnitud de lo que ha provocado el difundirse de los mensajes mensuales que fueron recibiendo los videntes. Cabe destacar que la Iglesia no puede emitir un veredicto sobre el asunto hasta que cesen las apariciones, aunque sí puede alertar a los fieles si encuentra algo que vaya en contra de la doctrina de la Iglesia, hecho que hasta aún no ha sucedido, y realmente se ha estudiado el asunto hasta en sus pormenores.

En Fátima la Virgen dio tres secretos a revelarse en un futuro, aquí en Medjugorje los videntes han recibido 10 secretos, y todos los que presenciaron la aparición los conocen y no pueden revelarlos hasta una semana antes de que sucedan. Ciertamente genera intriga este hecho de que haya secretos considerando que lo que se anunció en Fátima se ha cumplido al pie de la letra. Lo que sí se sabe es que cuando cesen las apariciones quedará como signo una señal visible no hecha por mano del hombre y que todos podrán ver. Pero se comenta que no hay que esperar a que esto suceda para convertirnos puesto que ya podría ser tarde.

En fin, ¡gracias Madre por tu visita y tus palabras de consuelo y aliento!, danos la voluntad de siempre ser mejores.

domingo, 30 de octubre de 2022

Arca de la Alianza

Cuando el hombre fue expulsado del Paraíso su corazón se inclinaba constantemente hacia el mal, leemos en el libro del Génesis:

(Gn. 6, 5-6, 8) Cuando el Señor vio qué grande era la maldad del hombre en la tierra y cómo todos los designios que forjaba su mente tendían constantemente al mal, se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra, y sintió pesar en su corazón. (…) Pero Noé fue agradable a los ojos del Señor.

(Gn. 6, 11) La tierra estaba pervertida a los ojos de Dios y se había llenado de violencia.

(Gn. 6, 12) todos los hombres tenían una conducta depravada.

Cuando la maldad llegó al colmo sobre la tierra puesto que los hombres se mataban entre sí y no había moral, Dios quiso que el hombre no desapareciera e hizo construir un Arca, para que todo el que creyera en Dios subiera al Arca, puesto que la perversión y la violencia habían llegado a extenderse por toda la tierra.

Por esto, las aguas cubrieron la superficie de la tierra habitada. Pasada la inundación, Dios hizo una alianza con el hombre y se vió por primera vez el arcoíris.

Pero si leemos el libro del Apocalipsis también se habla de un Arca de la Alianza:

Apocalipsis 11, 19: En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada.

Este pasaje se menciona luego de que el ángel tocara la séptima trompeta que anuncian los castigos futuros que deberá padecer la humanidad, y posterior a este pasaje:

Apocalipsis 12, 1: Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.

Por lo tanto el Arca de la Alianza del Antiguo Testamento es figura del Arca de la Alianza del nuevo Testamento cuando la humanidad llegue nuevamente al colmo de la maldad y Dios nos muestra que vuelve a darnos otra vez un Arca para encontrar refugio seguro. La Iglesia reconoce en María la figura de la nueva Arca y por eso se la saluda en las letanías como: Arca de la Alianza.

martes, 25 de octubre de 2022

La Pobreza evangélica

Son tres los votos que hacen aquellos que ingresan al noviciado: Castidad, Pobreza y Obediencia.

El voto de Pobreza que parece menospreciado hoy en día es realmente un pilar de la Iglesia. Lo practicaron los discípulos del Señor a ejemplo de El mismo y es mandado a ser practicado por toda la Iglesia.

Ciertamente no demanda lo mismo para un laico que para una persona consagrada. Para un laico la pobreza evangélica puede ser entendida como una forma de vida desprendida, sin apetecer por encima de nuestro uso, ayudando a los necesitados, etc. Para un religioso o consagrado es más bien depender de la Divina Providencia.

Hubo dos santos que al ver que este voto era menospreciado lo vivieron ellos mismos a ejemplo de los apóstoles: san Francisco de Asís y santo Domingo de Guzmán. San francisco se desprende de todos los bienes y empieza su vida dedicada al Señor solamente con lo que llevaba vestido. La suya fue una actitud heroica y el Señor la recompensó. Santo Domingo pudo ver que la manera de misionar en su época era inadecuada: los predicadores iban en carruajes, con ayudantes y secretarios, y se hospedaban en los mejores alojamientos, y no conseguían apartar a los cristianos de la herejía albigense que invadía Francia. Por esto, junto con algunos compañeros, fueron a predicar a pie, sin más que los libros que necesitaban para ejercer su oficio. Cuando debían sufrir las penosidades del viaje santo Domingo decía que la próxima predicación iba a ser fructífera, y así sucedía.

Dos hombres viviendo la pobreza evangélica con maneras distintas de evangelizar. San Francisco predicaba con su vida que iba en contra de la sociedad feudal de aquella época, empeñada en acumular tesoros. Para este santo todo lo que necesitaba saber estaba en la lectura de la Biblia. Santo Domingo que tenía una carrera de estudios, refutaba con argumentos a aquellos herejes que expandían el error entre los católicos. La predicación de san Francisco arrasaba mientras que la de santo Domingo apenas convencía, pero la Virgen María fue en ayuda de este último y le dio un arma poderosa que iba a darle el triunfo contra los herejes: el rezo del Rosario.

Esta similitud a grandes rasgos también puede verse en las figuras de san Pedro y san Pablo que la Iglesia conmemora en un mismo día: 29 de Junio.

Qué gloriosa es la santa pobreza. Que la vida de la Iglesia sea siempre un reflejo de esta virtud, que quienes la han vivido han llegado a ser grandes santos.

sábado, 22 de octubre de 2022

Puntos de inflexión

Todos reconocemos en nuestra vida uno o dos puntos de inflexión, como disyuntivas que determinan nuestra vida en adelante. En mi caso personal puedo decir que fue la confesión de toda mi vida a los 20 años. Luego surgieron nuevas metas y objetivos, acompañados de cambios de hábitos.

Estos puntos de inflexión no son iguales para todos. He escuchado otros distintos a mi caso, por ejemplo, para una joven fue un novio que dejó por otros placeres y cuando tuve la oportunidad de conversar con ella ya en su adultez me confesó que Dios le había puesto esa persona en su camino y no hubiera lamentado su vida hasta ese momento si hubiera tomado la decisión de permanecer fiel a su anterior pareja.

Leemos en la vida de los santos que el punto de inflexión para san Ignacio de Loyola fue su conversión al leer la vida de santos mientras se recuperaba de una lesión mientras era capitán de guarnición.

Es importante aprovechar esos instantes de lucidez que Dios nos otorga que darán sentido o llenarán nuestra vida en este mundo o por el contrario como pude verificar al dialogar con otras personas producir un vacío interior o incluso llevarnos a terminar eligiendo la oscuridad como modo de vida (¡ay, que penosa vida!).

Esos instantes de lucidez pueden venir en cualquier estado o circunstancia, recuerdo de una persona que me relató cómo vio su vocación con tanta claridad mientras se afeitaba de rutina por la mañana que nunca vaciló de tomar aquel camino… mientras se afeitaba!, a mí me sucedió algo similar, me pregunté si quería cambiar o seguir adelante con la misma vida que llevaba hasta ese momento, gracias a Dios quise cambiar de vida, ahora no me arrepiento. Ese fue el primer cambio.

En fin, puedo decir que no son muchos los momentos de decisiones de vida, pero ese instante en que tomamos esa decisión que parece pasar desapercibido (¡y ese es el momento en que hay que decidir!) lo cambia todo.

jueves, 22 de septiembre de 2022

No tienen vino.. (Jn. 2, 3)

Leemos en este pasaje que la Madre de Jesús le dice a su Hijo que los invitados a un casamiento en el que ellos se encontraban presentes se habían quedado sin vino. El vino en este tipo de celebraciones mantenía el ánimo festivo y era importante que no faltara, aunque debía ser costoso, puesto que los invitados debían hacer esfuerzos y en ocasiones largos viajes para reunirse con sus seres queridos y asistir a celebraciones, con los medios que disponían en tiempos antiguos.

Por esto, el acabarse el vino rápidamente dejaba mal parados a los novios y los exponía a las burlas de los comensales, quienes seguramente contaban con que iba a haber de sobra.

Expresado lo anterior ahora podemos enfocarnos en lo importante de este pasaje de las sagradas escrituras. Lo primero que nos llama la atención es la manera como María le manifiesta este pedido a Jesús, y podemos entender que de antemano sabía que podía sacarlos del apuro con el poder divino que residía en El, no así su proceder, pero sí vemos que la fe y la confianza eran plenas.

Señalamos que el vino era como “el alma de la fiesta” para una celebración de casamiento y sin vino se podría decir que ya no había “vida” en esta celebración.

Es de gran interés el pedido de la Madre de Jesús, pero llama más aun la atención la respuesta del maestro. Días atrás, con la pesca milagrosa, algo ya percibían los discípulos del poder divino que residía en Jesús, aunque siempre es posible que alguien intentara explicar lo acontecido mediante buena fortuna y casualidad que convergieron en el momento preciso.

Pero en esta ocasión el milagro será patente. Jesús les hace llenar de agua las tinajas de purificación, lo cual no era descabellado, pero de las mismas no sale agua sino vino. Hay mérito en la colaboración del personal que servía en aquella celebración, quienes obedecieron la voz de Jesús e hicieron aquello que les había pedido, si bien pareciera un pedido sin sentido. Por lo tanto Jesús quiso que aquellos hombres participaran para realizar el milagro.

Pero lo más importante a mi entender es la respuesta que le da a su Madre: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Como sólo Dios puede hacerlo, mediante un simbolismo de esta situación le responde como si el tiempo ya no contara. Puesto que con su sangre pagó el precio de nuestra redención y en la última cena quiso que sus discípulos actualizaran este memorial hasta su venida. Y ahora podemos ver un nuevo sentido a esta respuesta: María le está diciendo (mirando la respuesta de Jesús): no tienen vino (vida) y Jesús le contesta que aún no ha llegado su hora, la Pasión, en que los discípulos actualizarán este memorial convirtiendo el vino en la sangre de Jesús para la vida de la humanidad… Y como dirá a sus discípulos más adelante: "a odres nuevos, vino nuevo". Siempre quedamos admirados al estudiar el actuar de Dios. También se puede agregar como comentario que este fue un milagro innecesario, por así decirlo, pero Dios escucha nuestras súplicas y se compadece de nuestras debilidades.

domingo, 29 de mayo de 2022

Selección de Textos


Sabiduría 1, 1-2
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen rectamente acerca del Señor y búsquenlo con sencillez de corazón. Porque él se deja encontrar por los que no lo tientan, y se manifiesta a los que no desconfían de él.
Sabiduría 6, 17-18
El comienzo de la Sabiduría es el verdadero deseo de instruirse, querer instruirse, es amarla; amarla, es cumplir sus leyes, observar sus leyes, es garantía de incorruptibilidad.



Selección 1
Albert Einstein – “Mi visión del mundo”
Título original: Mein Weltbild
Albert Einstein, 1980

EDUCACION PARA UNA INDEPENDENCIA EN EL PENSAR

No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en algo así como máquinas utilizables pero no en individuos válidos. Para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar. Tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno. En caso contrario se parece más a un perro bien amaestrado que a un ente armónicamente desarrollado. Debe aprender a comprender las motivaciones, ilusiones y penas de las gentes para adquirir una actitud recta respecto a los individuos y a la sociedad.

Estas cosas tan preciosas las logra el contacto personal entre la generación joven y los que enseñan, y no —al menos en lo fundamental— los libros de texto. Esto es lo que representa la cultura ante todo. Esto es lo que tengo presente cuando recomiendo Humanidades y no un conocimiento árido de la Historia y de la Filosofía.

Dar importancia excesiva y prematura al sistema competitivo y a la especialización en beneficio de la utilidad, segrega al espíritu de la vida cultural, y mata el germen del que depende la ciencia especializada.

Para que exista una educación válida es necesario que se desarrolle el pensamiento crítico e independiente de los jóvenes, un desarrollo puesto en peligro continuo por el exceso de materias (sistema puntual). Este exceso conduce necesariamente a la superficialidad y a la falta de cultura verdadera. La enseñanza debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación.



Selección 2
Tertuliano y Cipriano - "TRATADO DE LA PACIENCIA"
Ed. Lumen.

DIFERENCIA ENTRE LA PACIENCIA PAGANA Y LA CRISTIANA

La paciencia cristiana es una norma, una ciencia, algo verdadero y celestial; absolutamente distinta de la pagana, que es terrena, falsa y afrentosa.

El diablo quiso copiar también en esto al Señor, enseñando a sus secuaces una paciencia del todo suya. Por la intensidad se parecen; pero difieren por su objeto: lo que tiene la una de fuerza para el mal, lo tiene la otra para el bien.

Hablaré ahora de la paciencia diabólica.

Ella hace que por una dote los maridos sean venales, o que por afán de dinero entreguen su esposa a la explotación. Esta es también la paciencia que hace tolerar a los presuntos herederos tantos trabajos vergonzosos, condenándolos a ofrecer afectos falsos y obsequios obligados. Es la misma que encadena los parásitos hambrientos a sufrir protectores injuriosos, esclavizando su libertad a su glotonería.

¡Tales son las cosas que aprendieron los paganos de su paciencia!

¡Lástima que un hombre tan excelso, lo rebajen con acciones tan torpes!

Porque la codicia los hace pacientes con sus esposas, con los ricos y con los poderosos; y tan sólo son impacientes con Dios.

Váyase tal paciencia a compartir con su jefe el fuego que lo espera. Por el contrario, nosotros honremos la paciencia de Dios y la de Cristo. Paguémosle con la nuestra, la que El gastó por nosotros. Y ya que creemos en la resurrección del espíritu y de la carne, ofrezcámosle la paciencia de nuestra alma y la de nuestro cuerpo.



Selección 3
Juan Pablo II - A LOS EDUCADORES REUNIDOS EN LA CATEDRAL DE TURÍN (4-9-1988)

(...) Considero privilegiado este encuentro con vosotros, queridos educadores comprometidos en el mundo de la escuela; los considero privilegiados porque realizáis una de las tareas más importantes y delicadas para el futuro de la Iglesia y de la sociedad.

A cien años de distancia, la Iglesia quiere volver a expresar el testimonio y la fuerza de la fe de Don Bosco en el valor de la educación como servicio urgente e improrrogable para superar el drama de la ruptura entre el Evangelio y la cultura.

La educación consiste, en efecto en que el hombre llegue a ser cada vez más hombre, que pueda 'ser' más y no sólo que pueda 'tener' más, y que, en consecuencia, a través de todo lo que 'tiene', todo lo que 'posee', sepa 'ser' más plenamente hombre" (Alocución a la UNESCO, 2 de junio, 1980, n. 11; L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 15 de junio, 1980, pág. 12).

¡Si, estoy aquí para deciros que seáis cada vez más conscientes de la misión que os han confiado los padres en orden a la educación de sus hijos! Ellos han depositado su confianza en vosotros. La Iglesia, por otra parte, os considera como cooperadores suyos en la formación de los jóvenes y constructores de la dignidad de la persona.



Selección 4
Platón - "Diálogos"

APOLOGÍA DE SOCRATES

(Luego que un oráculo en Delfos señalara a Sócrates como el hombre más sabio de la época)
(...) Cuando tuve conocimiento de este oráculo me dije a mí mismo: «¿Qué significan las palabras del dios? ¿Cuál es su sentido oculto? Porque yo tengo la certeza de no ser sabio, ni mucho menos. ¿Qué ha querido decir al afirmar que soy el más sabio, teniendo en cuenta que sus palabras forzosamente han de ser verdaderas desde el momento en que le es imposible mentir?».

Fui al encuentro de uno de esos hombres tenidos por sabios, en la seguridad de que, de no ser él, nadie podría sacarme de dudas, y de que, una vez avisado podría decir al dios con seguridad: «He aquí uno que es más sabio que yo a pesar de haberme proclamado tú el más sabio». Examiné, pues, a fondo al hombre en cuestión —no hace falta nombrarle; era uno de nuestros hombres de estado—, y al probarle, al conversar con él, he aquí la impresión que me hizo, atenienses.

Me pareció que aquel gran personaje que a tantos y a él mismo parecía sabio no lo era en modo alguno y, convencido de ello traté de demostrarle que precisamente por creerse sabio no lo era. El resultado fue atraerme su enemistad y, además, la de varios de los que presenciaban la escena. Entonces me retiré diciéndome: «Sin duda alguna soy más sabio que él. Porque aunque en verdad pudiera suceder que ninguno de los dos supiésemos nada, él cree que sabe, bien que nada sepa en realidad; mientras que yo, si ciertamente no sé nada, tabién es cierto que estoy convencido de que no sé».



Selección 5
Tomás de Kempis - IMITACION DE CRISTO

Tres cosas hay, amado lector, que notablemente aprovechan al ánima que desea salvarse. Una es la palabra de Dios, otra es la continua oración, otra es recibir muchas veces el precioso cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.

Estas tres cosas leemos haber sido muy usadas en principio de la Iglesia cristiana; y por eso fue tan próspera en Dios, y así lo será en todo tiempo cualquier ánima que estas tres cosas usare, con las cuales se hará una tan fuerte andadura de ella con Dios, que ni demonio, ni carne, ni mundo sepan ni puedan romperla. Y si es razón que sea muy estimado aquello que nos ayuda a alcanzar una sola cosa de estas tres, pues cada una por sí es tan preciosa, ¿qué te parece en cuánta estima debemos tener lo que nos acarrea todas estas tres cosas?

Mucho ha hecho un predicador o un libro cuando ha hablado o inducido a cualquier cosa de éstas.



Selección 6
P. Luis Larrauri, Hno. Secundino Pérrez - LOS ASOMBROSOS FRUTOS DE UNA SENCILLA DEVOCION (La devoción de las Tres Avemarías)

LA NIETA QUE SALVÓ A SU ABUELO

En un lugar de Perigord (Francia), ejercía su profesión un médico, a quien nadie hacía referencia por su propio nombre, sino al que todos llamaban «el buen Doctor». Y en verdad merecía este título, porque era realmente bueno con todos, y, sobre todo, con los pobres. Sin embargo, el doctor no era un hombre religioso. No es que fuese descreído. No llegaba a tanto. Más bien era «indiferente».

Así, se daba el caso de que desde la fecha lejana de su matrimonio no se había preocupado de recibir los sacramentos...

Los muchos años y la excesiva actividad profesional desarrollada postraron al doctor en el lecho, con irreparable agotamiento. Toda esperanza de curación quedaba descartada.

¡Y «el buen Doctor» iba a morir en la impiedad!

Este pensamiento y temor torturaba el corazón de una nieta que le acompañaba en aquella ocasión. La niña era un ángel de dulzura y de piedad. Sentada junto al enfermo, lo entretenía y cuidaba. Y mientras descansaba el anciano, dirigía con lágrimas esta plegaria al cielo:

«Oh, Virgen buena. Vos que sois todo misericordia y todo lo podéis ante Jesús, moved a penitencia el corazón de mi abuelo!
»No permitáis, santa Madre de Dios, que muera sin auxilios espirituales.
»En vos, Madre mía, tengo puesta toda mi confianza».

Y tras de esa oración rezaba las TRES AVEMARIAS...

Una tarde, con el fin de distraer a su abuelo, la niña empezó a pasar revista al contenido de una gran cartera donde aquél había ido dejando recuerdos de pasados tiempos... Sus ojos se detuvieron en un sobre viejo, y exclamó:

—Una antigua carta, abuelo. ¿De quién será que la habéis conservado?...

El anciano respondió:
—Léela y haremos memoria.

Y la joven leyó:

«Mi querido ahijado: ¡Cuánto siento no poder abrazarte antes de que te marches a París!, pero me es imposible ir a verte. Estoy atada a la cama por mi reumatismo. Seguramente no volverás a ver aquí abajo a tu vieja madrina, y por esto te pido escuches mis consejos, que serán los últimos.
»Tú sabes que París ha sido siempre un abismo, y ante ese peligro tiemblo por ti. Sé un hombre fuerte, de buen temple, firme en la fe. Permanece fiel al Dios de tu bautismo, que has de ver en la eternidad... Yo te pongo bajo la protección de la Santísima Virgen María, y te recomiendo encarecidamente seas constante en la práctica de piedad que desde muy niño tuviste de rezar mañana y noche las TRES AVEMARIAS...
»Rogará por ti tu madrina, que te estrecha fuertemente sobre su corazón...»

La carta, que tenía fecha de hacía cuarenta y ocho años, produjo una honda emoción al doctor.

Rememoró los años despreocupados de su juventud, sus extravíos y ligerezas, su apartamiento de los actos de culto y el abandono de sus devociones.

Pensó también en sus tareas profesionales y en su vida familiar y se detuvo recordando a su bondadosa madrina, que murió a los pocos meses de escribir aquella carta. Ella le había enseñado a rezar las TRES AVEMARIAS en su infancia...

Sintió el doctor un vivo impulso de gratitud hacia esa mujer buena, cuyos buenos consejos no siguió. Y mirando tiernamente a la nieta, balbuceó:
—¡Por mi madrina!... Dios te salve, María...

Y rezó las tres Avemarías juntamente con la nieta, que, con íntimo gozo, sonreía y lloraba a la vez.

¡Estaba ganado para Dios «el buen Doctor»!...

—LLama al Padre —dijo el enfermo—, porque he de contarle estas cosas.

Acudió el sacerdote diligentemente, y el doctor hizo su confesión con singular fervor.

Al día siguiente empeoró alarmantemente y hubo que administrarle el Santo Viático... Con paso acelerado se aproximaba la muerte.

Sostuvo «el buen Doctor» con dificultad una mano de su nieta y, haciendo un gran esfuerzo, le dijo:

—Esto se acaba..., reza conmigo las tres Avemarías.

Al terminar la tercera expiró dulcemente.

(P. Didier de Cre. O. F. M. Cap. 28)

viernes, 27 de mayo de 2022

PROFECÍAS DE SANTOS Y MAS

Primera

San Malaquías y los últimos Papas


Se estima que estas profecías datan del siglo XII, y que fueron entregadas en mano por el mismo Malaquías al Papa Inocencio II, quién guardó el manuscrito en los archivos romanos, donde quedó hasta su descubrimiento en 1590.

El manuscrito consiste en una frase breve que identifica a cada Papa posterior a Inocencio II hasta el día del Juicio.

Estos son los últimos doce Papas:

101: "Crux de cruce" (Cruz de cruz). Pío IX (1846-1878). Durante su pontificado se proclamó en Roma la República, y las tropas italianas entraron en Roma, desmantelando el Estado Pontificio. Pio IX debió huir a Gaeta. Desde entonces su acción fue acompañada constantemente por la preocupación de salvar al Estado Pontificio.
102: "Lumen in caelo" (Luz en el cielo). León XIII (1878-1903). Se propuso como programa devolver a la Iglesia su antiguo brillo. Se comprometió en una obra de rescate del prestigio, la utoridad y la misión salvadora de la Iglesia.
103: "Ignis ardens" (Fuego Ardiente). Pío X (1903-1914). Tenía una generosa y cordial disponibilidad hacia todos.
104: "Religio depopulata" (Religión devastada). Benedicto XV (1914-1922). En este periodo sucede la Primera Guerra Mundial.
105: "Fides intrepida" (Fe intrépida). Pío XI (1922 –1939). Renovó la tradición de bendecir al pueblo romano y al mundo entero, desde el balcón de S. Pedro. Intransigente en el plano doctrinal, redactó memorables encíclicas. Favoreció el difundirse de la Acción Católica.
106: "Pastor angelicus" (Pastor angélico). Pío XII (1939-1958). Reconocido como un gran intelectual y defensor de la paz.
107: "Pastor et nauta" (Pastor y navegante). Juan XXIII (1958-1963), fue el Patriarca de Venecia, ciudad de navegantes.
108: "Flos florum" (Flor de las flores). Pablo VI (1963-1978). Su escudo contiene la flor de lis (la flor de las flores).
109: "De medietate lunae" (De la media luna). Juan Pablo I (1978). Albino Luciani (del italiano, luz blanca). Nació en la diócesis de Belluno (del latín ‘bella luna’). Fue elegido el 26 de agosto de 1978 y falleció un mes después, tras un eclipse de luna, el 28 de septiembre de 1978. Su nacimiento, su ordenación sacerdotal y episcopal ocurrieron en noches de media luna.
110: "De labore solis" (De la fatiga o trabajo del sol). Juan Pablo II (1978-2005). Fue el pontífice más viajero y el que más tiempo gobernó la iglesia después del mismo san Pedro y de Pío IX. El que más santos ha beatificado y canonizado (¡más que todos los otros Papas juntos!). El día del nacimiento y muerte de Juan Pablo II hubo un eclipse solar.
111: "Gloria olivae" (La gloria del olivo). Benedicto XVI (2005-2013), nació y fue bautizado en un Sábado de Gloria. También se atribuye al escudo de la Orden de los benedictinos que contiene un olivo.
112:
113:

La profecía termina con una cita apocalíptica y una alusión a lo que podría ser el último ó los dos últimos Papas: "In psecutione, extrema S.R.E. sedebit" y en línea separada (algunos lo interpretan como si fuese otro Papa): "Petrus Romanus qui pascet oues in multis tribulationibus, quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, & Judex tremendus iudicabit populum suum. Finis". En latín la frase significa: En persecución extrema, en la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano quien cuidará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual la ciudad de las siete colinas [probable alusión a Roma ó Jerusalén que están rodeadas por siete colinas] será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo. Fin’.





Segunda

María y los Apóstoles de los Ultimos Tiempos


Tanto en el libro del Apocalipsis como en escritos de santos, se hace referencia a María en los tiempos finales. A veces no se la menciona directamente pero se resalta su participación protagónica en este período oscuro que debe transitar la Iglesia. Comenzando por Lourdes y Fátima (*), a través de incontables testimonios de milagros "que no trascienden" en la prensa, encontramos su participación en estos tiempos también en escritos de santos como santa Faustina Kowalska, san Luis María Grignon de Monfort y santa Catalina Emmerick, por mencionar algunos santos de la modernidad. No se puede ignorar que hay un claro mensaje de Dios, que desea que María se haga presente en estos tiempos.

En la Biblia

Libro del Apocalipsis

Capítulo 11
19 En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada.
Capítulo 12
1 Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
2 Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz.
3 Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema.
4 Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
5 La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono,
6 y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio para que allí fuera alimentada durante mil doscientos sesenta días.
7 Entonces se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron contra el Dragón, y este contraatacó con sus ángeles,
8 pero fueron vencidos y expulsados del cielo.
9 Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles.
10 Y escuché una voz potente que resonó en el cielo:
«Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios.
11 Ellos mismos lo han vencido, gracias a la sangre del Cordero y al testimonio que dieron de él, porque despreciaron su vida hasta la muerte.
12 ¡Que se alegren entonces el cielo y sus habitantes, pero ay de ustedes, tierra y mar, porque el Diablo ha descendido hasta ustedes con todo su furor, sabiendo que le queda poco tiempo!».
13 El Dragón, al verse precipitado sobre la tierra, se lanzó en persecución de la Mujer que había dado a luz al hijo varón.
14 Pero la Mujer recibió las dos alas de la gran águila para volar hasta su refugio en el desierto, donde debía ser alimentada durante tres años y medio, lejos de la Serpiente.
15 La Serpiente vomitó detrás de la Mujer como un río de agua, para que la arrastrara.
16 Pero la tierra vino en ayuda de la Mujer: abrió su boca y se tragó el río que el Dragón había vomitado.
17 El Dragón, enfurecido contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de su descendencia, contra los que obedecen los mandamientos de Dios y poseen el testimonio de Jesús.

Los santos

Beata Ana Catalina Emmerick

(Libro: Vida de la Virgen María, de los Apóstoles, de los Mártires, de los Santos, Ed. Guadalupe - 2005)
(Visión acerca de) Presentación de María en el Templo
Durante esta ceremonia vi en torno a María un cuadro simbólico que pronto llenó el Templo y lo oscureció. Vi una gloria luminosa debajo del corazón de María y comprendí que ella encerraba la promesa de la sacrosanta bendición de Dios. Esta gloria aparecía rodeada por el arca de Noé, de manera que la cabeza de María se alzaba por encima y el arca tomaba a su vez la forma de Arca de la Alianza.

(Vie d’Anne-Catherine Emerich (3 volúmenes), por el Padre K. E. Schmoeger. Tequi, editor, 1950.)
Vi por encima de la iglesia (San Pedro de Roma) muy disminuida, una mujer majestuosamente vestida con un manto azul cielo que se situaba a lo lejos, portando una corona de estrellas sobre la cabeza. Ahora todo volvía a florecer. Vi un nuevo Papa, muy firme; vi también el negro abismo retraerse cada vez más. Vi también que la ayuda llegaba en el momento de más desolación.
Vi de nuevo a la Santa Virgen subir a la iglesia y extender su manto. Cuando tuve esta última visión, no vi al Papa actual. Vi uno de sus sucesores.
Tuve otra visión donde vi cómo se preparaba la armada de la hija del rey. Una multitud de personas contribuían a ello. Y lo que ellas aportaban consistía en oraciones, en buenas obras, en victorias sobre sí mismas y en trabajos de toda especie. Todo esto iba de mano en mano hasta el cielo y allá, cada cosa, tras haber pasado por un trabajo particular, llegaba a ser una pieza de la armadura de la que se revestía la Virgen. No se podía dejar de admirar hasta qué punto todo se ajustaba bien y era impresionante ver como cada cosa significaba otra. La Virgen fue armada de la cabeza a los pies. Reconocí varias de las personas que daban su ayuda y vi con sorpresa que establecimientos enteros y grandes y sabios personajes no proveían nada, mientras que las piezas importantes de la armadura provenían de gentes pobres y de pequeña condición.
Vi la batalla. Los enemigos eran infinitamente más numerosos; pero la pequeña tropa fiel abatía a filas enteras. Durante el combate la Virgen armada estaba sobre una colina: yo corrí hacia Ella y le recomendé mi patria y los lugares por los cuales yo rezaba. Su armadura tenía algo de extraño: todo tenía un significado: llevaba un casco, un escudo y una coraza. En cuanto a las gentes que combatían, se asemejaban a los soldados actuales. Era una guerra terrible: al final no quedó más que una pequeña tropa de líderes de la buena causa, los cuales tuvieron la victoria.

San Luis María Grignion de Montfort

(Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, Ed. Lumen, 1989.)
La salvación del mundo comenzó por medio de María, y por medio de Ella debe alcanzar su plenitud.
Pero, en la segunda venida de Jesucristo, María tiene que ser conocida y puesta de manifiesto por el Espíritu Santo, a fin de que por Ella Jesucristo sea conocido, amado y servido. Pues ya no valen los motivos que movieron al Espíritu Santo a ocultar a su Esposa durante su vida y manifestarla sólo parcialmente desde que se predica el Evangelio.

Porque María debe resplandecer, más que nunca, en los últimos tiempos en misericordia, poder y gracia: en misericordia, para recoger y acoger amorosamente a los pobres pecadores y a los extraviados que se convertirán y volverán a la Iglesia católica; en poder contra los enemigos de Dios, los idólatras, cismáticos, mahometanos, judíos e impíos endurecidos, que se rebelarán terriblemente para seducir y hacer caer, con promesas y amenazas, a cuantos se les opongan; en gracia, finalmente, para animar y sostener a los valientes soldados y fieles servidores de Jesucristo, que combatirán por los intereses del Señor.

Por último, porque María debe ser terrible al diablo y a sus secuaces como un ejército en orden de batalla (Cant 6,3), sobre todo en estos últimos tiempos, cuando el diablo, sabiendo que le queda poco tiempo (Ap 12,17) -y mucho menos que nunca- para perder a las gentes, redoblará cada día sus esfuerzos y ataques. De hecho, suscitará en breve crueles persecuciones y tenderá terribles emboscadas a los fieles servidores y verdaderos hijos de María, a quienes le cuesta vencer mucho más que a los demás.

A estas últimas y crueles persecuciones de Satanás, que aumentarán de día en día hasta que llegue el anticristo, debe referirse, sobre todo, aquella primera y célebre predicción y maldición lanzada por Dios contra la serpiente en el paraíso terrestre. Nos parece oportuno explicarla aquí, para gloria de la Santísima Virgen, salvación de sus hijos y confusión de los demonios. Pongo hostilidades entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; ella herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón (Gén 3,15).

Dios no puso solamente una hostilidad, sino hostilidades, y no sólo entre María y Lucifer, sino también entre la descendencia de la Virgen y la del demonio. Es decir, Dios puso hostilidades, antipatías y odios secretos entre los verdaderos hijos y servidores de la Santísima Virgen y los hijos y esclavos del diablo: no pueden amarse ni entenderse unos a otros.

Los hijos de Belial (Dt 13,14), los esclavos de Satanás, los amigos de este mundo de pecado –¡todo viene a ser lo mismo!– han perseguido siempre, y perseguirán más que nunca de hoy en adelante, a quienes pertenezcan a la Santísima Virgen, como en otro tiempo Caín y Esaú –figuras de los réprobos– perseguían a sus hermanos Abel y Jacob, figuras de los predestinados.

El poder de María sobre todos los demonios resplandecerá, sin embargo, de modo particular en los últimos tiempos, cuando Satanás pondrá asechanzas a su calcañar, o sea, a sus humildes servidores y pobres hijos que Ella suscitará para hacerle la guerra. Serán pequeños y pobres a juicio del mundo; humillados delante de todos; rebajados y oprimidos como el calcañar respecto de los demás miembros del cuerpo. Pero, en cambio, serán ricos en gracias y carismas, que María les distribuirá con abundancia; grandes y elevados en santidad delante de Dios; superiores a cualquier otra creatura por su celo ardoroso; y tan fuertemente apoyados en el socorro divino, que, con la humildad de su calcañar y unidos a María, aplastarán la cabeza del demonio y harán triunfar a Jesucristo.


(*) Medjugorje, considerada por muchos como la continuación de Fátima, aun no ha sido reconocida oficialmente por la Iglesia, pero los frutos de conversión procedentes de allí se cuentan por millares. Hay libros escritos solamente narrando conversiones y milagros de personas que han visitado Medjugorje, entre los que se cuentan conversiones de luteranos. Hay que mencionar que en la actualidad existen en internet muchos "falsos" videntes que dicen recibir mensajes del cielo, pero son marginales y lo que publican deja mucho que desear doctrinalmente y no cuentan con ningún aval de la Iglesia, a diferencia de Medjugorje que el mismo san Juan Pablo II expresó públicamente que si no fuera Papa hubiera deseado estar allí. También la Iglesia ha realizado una minuciosa investigación de la aparición y se han realizado cuantiosas y variadas pruebas a los videntes desde los mimos orígenes, no encontrándose nada que justifique prohibir a los fieles católicos visitar el lugar... citando la escritura: por sus frutos los reconoceréis. A semejanza de Fátima, los videntes de Mejugorje han recibido 10 secretos por parte de la Virgen, y tienen la tarea de comunicarlos al sacerdote de la parroquia del lugar una semana antes de que sucedan, quién debe decidir si es conveniente hacerlo público y darlo a conocer.



Tercera

La leyenda del Santo Grial


La tradición cristiana cuenta que tras la última cena en Jerusalén, el grial fue guardado y utilizado por los apóstoles. De allí habría pasado a Antioquía, llevado por san Pedro. Posteriormente se habría trasladado a Roma, donde fue usado por los primeros papas. En la plegaria eucarística del rito romano, del siglo II, se decía "tomó este cáliz glorioso"​ mientras que en otros ritos se hablaba de un cáliz en sentido genérico, lo que sería un indicio de que en el siglo II el cáliz original estaba en Roma. En el siglo III ante el temor del papa Sixto II por la persecución de los romanos, aquel lo confió a su joven diácono Lorenzo(*), quién poco antes de su martirio logró trasladarlo de Roma a Hispania. Hay toda una tradición oral sobre la gesta.

A lo largo de la historia se han identificado hasta diez griales como posibles auténticos. Hay reliquias en León, Génova, Dublín e incluso en el Metropolitan Museum de Nueva York. Pero estos otros cálices "han ido cayendo porque no han pasado el filtro arqueológico, eran muy posteriores, tenían otra finalidad", estaban hechos de otros materiales o no contaban con tradición oral.

LA TRADICION
La copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena fue llevada de Jerusalén a Roma por San Pedro y utilizada desde entonces por él y los sucesivos papas de la Iglesia en Roma en las celebraciones eucarísticas hasta el año 258, cuando el papa Sixto II, encargó a su diácono San Lorenzo que sacara el cáliz de Roma para protegerlo de la persecución del emperador Valeriano.

San Lorenzo hizo llegar la reliquia a Huesca, donde vivían sus padres, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos. Los padres de Lorenzo, santos Orencio y Paciencia, sí serían de Huesca, y habrían llegado a la ciudad de Valencia por motivo de las persecuciones.

Según la Vida y martirio de san Lorenzo, texto apócrifo del siglo XVII, el papa Sixto II le entregó el Santo Cáliz junto a otras reliquias, para que las pusiera a salvo. En la cueva romana de Hepociana, Lorenzo acudió a una reunión de cristianos presidida por el presbítero Justino. Allí halló a un condiscípulo y compatriota hispano, llamado Precelio, originario de Hippo (la moderna Yepes), en Carpetania, a quien entregó varias reliquias, entre ellas el santo cáliz, con el encargo de que las llevara a la familia que le quedaba en Huesca (sus padres vivían en Roma). Precelio llevó las reliquias a los tíos y primos de Lorenzo en Huesca que las escondieron. Algunas tradiciones afirman que el santo cáliz fue depositado en la iglesia de san Pedro de la localidad, de donde sería puesto a salvo por el obispo Acilso cuando huyó en 711 ante el avance de los musulmanes, para esconderse en los Pirineos.

El cáliz acabó escondido en el monasterio de San Juan de la Peña y en 1399 es entregado por los monjes del monasterio al rey Martín I de Aragón, de quien se conservan tres cartas reclamando la reliquia insistentemente. Una vez en sus manos, Martín I llevó el grial a la capilla de su residencia en Zaragoza, el Palacio de la Alfajería, quedando a partir de entonces custodiado por la corona de Aragón. El rey Alfonso el Magnánimo, trasladó en 1424 el Santo Cáliz al Palacio Real de València, su residencia de entonces.

El rey tuvo que entregar el santo grial a la jerarquía eclesiástica en 1437 para condonar su deuda con la iglesia. Fue conservado y venerado durante siglos entre las reliquias de la Catedral de Santa María de Valencia, y hasta el siglo XVIII se utilizó para contener la forma consagrada en el «monumento» del Jueves Santo, hasta que fue finalmente instalado en la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz en el año 1916.



(*) Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los siete hombres de confianza del Sumo Pontífice. Su oficio era de gran responsabilidad, pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres. En el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución en el cual ordenaba que todo el que se declarara cristiano sería condenado a muerte. El 6 de agosto el Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa en un cementerio de Roma cuando fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por la policía del emperador. Cuatro días después fue martirizado su diácono San Lorenzo.



Cuarta

Los Sueños de san Juan Bosco


INTRODUCCION

En la Biblia se le da importancia solamente a ciertos Sueños Proféticos por medio de los cuáles Dios anunció lo que en el futuro iba a suceder: Como los sueños en los que José interpreta para el faraón de Egipto (Gén. Cap. 37) o el sueño de Nabucodonosor en el libro de Daniel (Daniel, cap. 2) o el sueño de san José, el esposo de María (Evang. Mateo Cap. 1).

En el libro “Memorias Biográficas” de san Juan Bosco (19 volúmenes) se narran 159 sueños proféticos del santo que incluyen temas y visiones que trascienden la obra salesiana. Al principio el santo no les daba mayor importancia, pero luego se fue dando cuenta de que lo que en sus sueños veía o escuchaba se cumplía después con maravillosa exactitud. Estos sueños se publicaron por separado en el libro titulado “Los Sueños de San Juan Bosco”(*) que es realmente una obra impresionante, que deslumbra por su sencillez y encanto. La mayoría de los sueños narrados llevan su comentario de cómo se ha verificado su cumplimiento.

Se transcriben únicamente dos sueños:

SUEÑO 13: TRISTE FIN DE JÓVENES QUE ABANDONAN LA RELIGION: 1846 (MB. 2,383)

Tuve un sueño que me causó mucho pesar. Vi a dos jóvenes que se salían de nuestro oratorio y se alejaban de Turín. Pero apenas salieron de la ciudad se les lanzó en contra una fiera enorme de formas espantosas. Esta bestia los llenó de su asquerosa baba y los revolvió por el suelo dejándolos tan llenos de barro y de mugre que causaban asco…

NOTA: Don Bosco narró este sueño a varios de sus colaboradores, entre los cuales estaba su arquitecto y gran amigo José Buzzetti. Y les dijo el nombre de los dos jóvenes. La historia demostró después que el sueño sí correspondía a la realidad, pues aquellos dos muchachos abandonaron la religión y se dedicaron a toda clase de vicios. Buzzetti y sus compañeros lo pudieron comprobar.


SUEÑO 15: EL SUEÑO DEL ROSAL: 1847 (MB. 3,37-39)

Un día del año 1847, después de haber meditado mucho acerca de la manera de hacer el bien a la juventud, se me apareció la Reina del Cielo y me llevó a un jardín encantador. Había un largo pasadizo lleno de rosas. Enredaderas cargadas de hojas y de flores envolvían y adornaban las columnas, trepando hacia arriba, y se entrecruzaban formando un gracioso toldo. Después del pasadizo había un camino hermoso sobre el cual, a todo el alcance de la mirada, se extendía un jardín colgante encantador, rodeado y cubierto de maravillosos rosales en pleno floración. Todo el suelo estaba cubierto de rosas. La bienaventurada Virgen María me dijo:

—Quítate los zapatos.

Y cuando me los hube quitado, agregó:

—Echate a andar bajo el jardín colgante: es el camino que debes seguir.

Me gustó quitarme los zapatos: me hubiera dado lástima pisar aquellas rosas tan hermosas. Empecé a andar y advertí enseguida que las rosas escondían agudísimas espinas que hacían sangrar mis pies. Así que me tuve que detener a los pocos pasos y volverme atrás.

—Aquí hacen falta los zapatos —dije a mi guía—,
—Ciertamente —me respondió—: hacen falta buenos zapatos.

Me calcé y me puse de nuevo en camino con cierto número de compañeros que aparecieron en aquel momento, pidiendo caminar conmigo.

Ellos me seguían bajo el jardín colgante, que era de una hermosura increíble. Pero, según avanzábamos, el pasadizo se hacía más estrecho y bajo. Colgaban muchas ramas de lo alto y volvían a levantarse como estacas afiladas; otras caían perpendicularmente sobre el camino. De los troncos de los rosales salían ramas que, avanzaban horizontalmente de acá para allá; otras, formando un tupido cercado, invadían una parte del camino, algunas colgaban a poca altura del suelo. Todas estaban cubiertas de rosas y yo no veía más que rosas por todas partes: rosas por encima, rosas a los lados, rosas bajo mis pies. Yo, aunque experimentaba agudos dolores en los pies y hacía contorsiones, tocaba las rosas de una u otra parte y sentí que todavía había espinas más punzantes por debajo. Pero seguí caminando. Mis pies se enredaban en los mismos ramos extendidos por el suelo y se llenaban de rasguños; movía un ramo transversal, que me impedía el paso, o me agachaba para esquivarlo y me pinchaba, me sangraban las manos y toda mi persona. Todas las rosas escondían una enorme cantidad de espinas. A pesar de todo, animado por la Virgen, proseguí mi camino. De vez en cuando, sin embargo recibía pinchazos más punzantes que me producían dolores muy agudos.

Los que me miraban, y eran muchísimos, y me veían caminar bajo aquel jardín colgante, decían: “¡Don Bosco marcha siempre entre rosas! ¡En todo le va bien!” No veían cómo las espinas herían mi pobre cuerpo.

Muchos seminaristas, sacerdotes y seglares, invitados por mí, se habían dedicado a seguirme alegres, por la belleza de las flores; pero al darse cuenta de que había que caminar sobre las espinas y que éstas pinchaban por todas partes, empezaron a gritar: “¡Nos hemos equivocado!”.

Yo les respondí:

—El que quiera caminar deliciosamente sobre rosas, sin sufrir nada, vuélvase atrás y síganme los demás.

Muchos se volvieron atrás. Después de un buen trecho de camino, me volví para echar un vistazo a mis compañeros. Qué pena tuve al ver que unos habían desaparecido y otros me volvían las espaldas y se alejaban. Volví yo también hacia atrás para llamarlos, pero fue inútil; ni siquiera me escuchaban. Entonces me eché a llorar: ¿Es posible que tenga que andar este camino yo sólo?

Pero pronto hallé consuelo. Vi llegar hacia mí un gran número de sacerdotes, clérigos y seglares, los cuales me dijeron: “Somos tuyos, estamos dispuestos a seguirte”. Poniéndome a la cabeza de ese grupo reemprendí el camino. Solamente algunos se desanimaron y se detuvieron. Una gran parte de ellos llegó conmigo hasta la meta.

Después de pasar el espinoso rosal, me encontré en un hermosísimo jardín. Mis pocos seguidores habían enflaquecido, estaban pálidos y ensangrentados. Se levantó entonces una brisa ligera y, a su soplo, todos quedamos sanos. Corrió otro viento y, como por encanto, me encontré rodeado de un número inmenso de jóvenes y clérigos, seglares, coadjutores y también sacerdotes que se pusieron a trabajar conmigo guiando a aquellos jóvenes. Conocí a varios por la fisonomía, pero a muchos no.

Mientras tanto, habiendo llegado a un sitio elevado del jardín, me encontré frente a un edificio monumental, sorprendente por la magnificencia de su arte. Atravesé el umbral y entré en una sala espaciosísima cuya riqueza no podía igualar ningún palacio del mundo. Toda ella estaba cubierta y adornada por rosas fresquísimas y sin espinas que exhalaban un suavísimo aroma. Entonces la Santísima Virgen que había sido mi guía, me preguntó:

—¿Sabes qué significa lo que ahora ves y lo que has visto antes?

—No —le respondí—: os ruego que me lo expliquéis.

Entonces ella me dijo:

—Has de saber, que el camino por ti recorrido, entre rosas y espinas, significa el trabajo que deberás realizar en favor de los jóvenes. Tendrás que andar con los zapatos de la mortificación. Las espinas del suelo significan afectos sensibles, las simpatías o antipatías humanas que distraen al educador de su verdadero fin, y lo hieren, y lo detienen en su misión, impidiéndole caminar y obtener coronas para la vida eterna.

Las rosas son símbolos de la caridad ardiente que debe ser tu distintivo y el de todos tus colaboradores. Las espinas significan las dificultades, los sufrimientos, los disgustos que os esperan. Pero no perdáis el ánimo. Con la caridad y la mortificación, lo superaréis todo y llegaréis a las rosas sin espinas.

Apenas terminó de hablar la Madre de Dios, me desperté y me encontré en mi habitación.


OBSERVACIONES:
Tenido en 1847, narrado por el santo en 1864 en una conferencia dada después de las oraciones de la noche a los que ya pertenecían a la Congregación Salesiana (V. Alassonatti, M. Rúa, J. Cagliero, C. Durando, J. Barberis, …). El sueño se repitió en 1848 y 1856. Antes de narrar el sueño les dijo: “Este es un mensaje que nos dio la Sma. Virgen”. Y después de haberlo contado, añadió: “Los que se desanimaron al sentir las espinas, fueron mis primero colaboradores. Los que me siguieron son los salesianos y los que colaboran con nuestras obras de educación, a los cuales les esperan grandes premios y ayudas del cielo”. Animo mis amigos: nos esperan espinas de sufrimientos, pero también rosas de premios eternos.


(*)-Impreso en Bogotá, Colombia - Enero 1995-. Este libro se consigue en:
Librería Sagrada Familia, Librería Divino Niño Jesús, Librería San Pedro Claver, Ediciones Don Bosco.

lunes, 28 de febrero de 2022

LIBRO DE EZEQUIEL - CAPITULOS 38 Y 39



Estos dos capítulos evocan un acontecimiento futuro (Esto sucederá al cabo de mucho tiempo -Ez. 38, 16) en el cuál un ejército poderoso penetrará en el territorio de Israel ya devastado y este ejército vendrá de un país del norte (Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Gog, el príncipe supremo de Mésec y Tubal, en el país de Magog, y profetiza contra él. - Ez 38, 2).

Estos dos capítulos son un aparte en la narrativa del libro de Ezequiel, puesto que no presentan un continuo con las advertencias y exortaciones que el Señor pronuncia por medio del profeta, quien profetizó antes, durante y luego de la caída de Jerusalén y el exilio del pueblo judío hacia Babilonia. Además los capítulos posteriores narran la visión del profeta sobre las indicaciones a seguir para la reconstrucción del templo de Jerusalén, cuyos preparativos comienzan en el año 539 a.C. cuando Ciro el grande, rey de los Persas, entra triunfalmente a Babilonia.

Por lo tanto el libro de Ezequiel anuncia el cumplimiento de las amenazas o la maldición que Moisés pone delante del pueblo, si éste se apartaba del culto al Señor e imitaba las prácticas abominables de los pueblos vecinos. Esto se hace realidad con el exilio a Babilonia, y luego sólo falta el cumplimiento de la promesa de una Nueva Alianza, en la que el Señor hablará él mismo al pueblo y derramará su espíritu, de manera que todos puedan conocerlo:
El dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra». (Is 49, 6)

Con nuestro Señor Jesucristo se ha cumplido esta profecía, por lo que cabe preguntarse ¿a qué hacen referencia estos acontecimientos de los capítulos 38 y 39? ¿cómo se pueden explicar?; puesto que analizando la historia del pueblo de Israel no se verifica el cumplimiento de estos acontecimientos.

Según el anuncio del profeta, cuando esto suceda habrá una intervención directa del Señor en favor del pueblo de Israel y habrá grandes signos (temblarán ante mí los peces del mar, los pájaros del cielo, las bestias del campo, todos los reptiles que se arrastran por el suelo y todos los hombres que hay sobre la faz de la tierra. Se desplomarán las montañas, caerán las pendientes escarpadas y todos los muros se derrumbarán por tierra -Ez. 38, 20-)

Y luego de estos acontecimientos el Señor derramará también su Espíritu sobre el pueblo de Israel:

CONCLUSIÓN (Ezequiel 39, 29)
Y ya no les ocultaré más mi rostro, porque habré derramado mi espíritu sobre la casa de Israel –oráculo del Señor–.

La Nueva Alianza Prometida




INTRODUCCIÓN
A partir de Moisés el Señor anuncia al pueblo de Israel una Nueva Alianza, en la que hablará directamente al pueblo y le comunicara su Espíritu, la cuál verá su cumplimiento luego de una purificación o castigo. Tomemos como ejemplo al profeta Ezequiel, quien anuncia un castigo futuro al pueblo vecino (Edóm) que aprovechó la incursión de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para incursionar en territorio de Israel:

EZEQUIEL 35, 5
Porque has mantenido una antigua enemistad y has entregado a los israelitas al filo de la espada, en el día de su desastre, en el día de la expiación final (...)

Hay que notar que se habla de una expiación final en la que el pueblo judío sufre la derrota y deportación hacia Babilonia. El término final indica una última purificación, lo que a mi entender anuncia la proximidad de la Salvación prometida.

Estos pasajes anuncian la Nueva Alianza y la visita de Dios a su Pueblo:

ISAÍAS 40, 2-5
Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados. Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies! Entonces se revelará la gloria del Señor y yo todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.

JEREMIAS 3, 16
Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días –oráculo del Señor– ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar.

JEREMIAS 31, 31-34
Llegarán los días –oráculo del Señor– en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño –oráculo del Señor–. Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días –oráculo del Señor–: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: «Conozcan al Señor». Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande –oráculo del Señor–. Porque yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.

ZACARIAS 8, 23
Así habla el Señor de los ejércitos: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas que hablan las naciones, tomarán a un judío por el borde de sus vestiduras y le dirán: «Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes».

JOEL 3, 1
Después de esto, yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres: sus hijos y sus hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños proféticos y sus jóvenes verán visiones.

ISAÍAS 44, 1-3
Y ahora escucha, Jacob, mi servidor, Israel, a quien yo elegí. Así habla el Señor, el que te hizo, el que te formó desde el seno materno y te ayuda. No temas, Jacob, mi servidor, Iesurún, a quien yo elegí. Porque derramaré agua sobre el suelo sediento y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi espíritu sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus vástagos.

ISAÍAS 59, 20-21
(Al servidor del Señor)
El vendrá como redentor para Sión y para los hijos de Jacob convertidos de su rebeldía –oráculo del Señor–. Por mi parte, dice el Señor, esta es mi alianza con ellos: mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que yo he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, desde ahora y para siempre, dice el Señor.

domingo, 23 de enero de 2022

El Mesías Prometido, Señor y Maestro. Dios con nosotros.


Breve comentario sobre la divinidad del Mesías Prometido.

DEUTORONOMIO 18, 15; 17-19
(Moisés dijo al pueblo de Israel) El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a él a quien escucharán.
(El Señor dijo a Moisés en la montaña del Horeb) Suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que yo le ordene. Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi Nombre, yo mismo le pediré cuenta.
REFLEXIÓN
Moisés le dio al pueblo de Israel la "Ley", por cuya obediencia se podía alcanzar la vida, pero él mismo anuncia que el Señor volverá a hablar a Su Pueblo.
Será el profeta Jeremías quién anunciará una Nueva Alianza de Dios con su pueblo elegido:
JEREMIAS 31, 31-34
Llegarán los días –oráculo del Señor– en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño –oráculo del Señor–. Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días –oráculo del Señor–: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: «Conozcan al Señor». Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande –oráculo del Señor–.

Y por tanto el pueblo de Dios esperaba al Mesías prometido, que como Moisés liberara al pueblo de Dios de la esclavitud.

El Señor dice del Mesías prometido que pronunciará Sus palabras, y al que no escuche las palabras que pronunciará se le pedirá cuenta. Por lo tanto el Mesías no hablará por si mismo, sino que hablará en nombre de Dios. Pero en esto hay distinción entre Moisés y el Mesías que vendrá, puesto que a Moisés el Señor le comunicaba lo que debía decir en la nube a la vista de toda la comunidad de Israel, por lo tanto no quedaban dudas que transmitía las palabras del Señor. Y Dios confirmaba esas palabras con grandes signos y prodigios a la vista de todos. Pero ese acontecimiento de la presencia visible del Señor sucedió únicamente durante la marcha del Pueblo de Dios a la tierra prometida y no fue comunicado a Moisés que nuevamente el Señor se manifestaría como lo hizo en aquella ocasión, por lo tanto, si el Mesías que ha de venir pronunciará palabras de Dios y el Señor no se las comunicará manifestando su gloria y los signos y prodigios que la confirmen como cuando Moisés hablaba en su Nombre, entonces el Mesías es Dios, y los signos y prodigios que confirman sus palabras proceden del dedo de Dios.

El profeta Isaías señalará esta condición divina del Mesías:

ISAIAS 30, 20
Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos.

ISAIAS 35, 3-5
Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: «¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos». Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo.

ISAIAS 40, 3-5; 10-11
Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies! Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor. Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.

ISAIAS 63, 9
No intervino ni un emisario ni un mensajero: él mismo, en persona, los salvó; por su amor y su clemencia, él mismo los redimió.