domingo, 27 de noviembre de 2022

La Santa Pureza

Hemos mencionado y alabado los beneficios que traen consigo las virtudes de la Pobreza Evangélica y la Obediencia, no se puede dejar de mencionar esta columna que sostiene al hombre erguido como un cedro. ¡Qué hermosa es esta virtud!, todo el que la posee brilla como adornado por un diamante precioso y el mundo apenas la reconoce se la quiere robar como un ladrón. Todas las armas de los enemigos del alma atacan primeramente esta virtud, en aquellos que se esfuerzan por conservarla el Señor mismo la defiende con mano poderosa, el alma en gracia se refugia en el Señor y el Espíritu dice: “este es mi templo”.

Si se guarda esta virtud en la adolescencia, se puede madurar rectamente, sin doblez ni arrugas, como un ciprés que se eleva hasta alcanzar grandes alturas. Junto a esta virtud vienen grandes premios como la claridad de entendimiento y pureza de intención, también una bienaventuranza: “Dichosos los puros de corazón porque ellos verán a Dios”.

Si no hay pureza o castidad es poco probable que haya otras virtudes en sentido pleno. Como ha escrito algún doctor de la Iglesia: una virtud llama a otras. Si se desprecia esta virtud el hombre se hace esclavo de las pasiones y todas las potencias del hombre quedan comprometidas, es como dejar desprotegida una fortaleza, basta dejar una puerta abierta para que toda la fortaleza quede a merced del enemigo, y la vida del esclavo termina siendo muy penosa, ya que el patrón en este caso no será misericordioso con su sometido.

No sólo los religiosos deben procurarse esta virtud, también se puede conservar en la vida matrimonial sin menoscabar la relación con la pareja. ¡Tantos se arrepienten de llevar una vida lujuriosa y muchos terminan odiándose a sí mismos o despreciando su propio cuerpo!, lo que lleva en la mayoría de las ocasiones a que no prospere la relación conyugal.

En fin, son muchos los beneficios de esta virtud y es muy amada por Dios. La oración de un alma pura y en gracia de Dios llega a los oídos del Todopoderoso según dicen los santos y Su respuesta llegará en el momento oportuno.

sábado, 12 de noviembre de 2022

El origen de nuestras obras

Todo actuar tiene un origen, así como una planta nace de su raíz y se alimenta desde la misma, el actuar del hombre también tiene su origen en los pensamientos.

Los pensamientos determinan nuestro actuar, por eso la Palabra de Dios nos recuerda: Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, que sea objeto de vuestros pensamientos. Y el Dios de la paz estará con vosotros (Filipenses 4, 8-9). Y también: "Los pensamientos tortuosos apartan de Dios" (Sabiduría 1, 3)

Santo Tomás de Aquino llega a la deducción que el deseo de riquezas es la raíz de todo pecado. Puesto que así como la raíz permite crecer a toda la planta, de la misma manera las riquezas alimentan todo pecado. (Suma teológica - Parte I-IIae - Cuestión 84). También llega a la conclusión que este pecado de codicia encuentra primeramente su principio en el amor desordenado de uno mismo.

Dijimos que los pensamientos determinan nuestro actuar. Lo cual significa que nuestro actuar estará condicionado de acuerdo a nuestro pensar. Si los pensamientos son de generosidad, afabilidad y desinterés, tendremos un trato amable con el prójimo y las riquezas no serán un medio para pecar; por el contrario, si nuestros pensamientos son egoístas, altaneros, despreciativos, tendremos un trato frío y áspero con los demás. Si se apaga la caridad la sociedad se vuelve más violenta. Escribía Dionisio de Alejandría luego de la persecución del emperador Valeriano que hizo apostatar a los cristianos que quedaban en Egipto, que al volver a esas tierras encontró “que la gentes se habían vuelto violentísimas y peleaban y se mataban por cualquier cosa. No se podía ya ni salir a la calle sin peligro de ser asesinados”.

Por lo tanto debemos vigilar nuestros pensamientos que ahí es desde donde nos tienta el demonio y confiar siempre en el Señor meditando constantemente en su Palabra: “¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.” (Jeremías 17, 7-8)

jueves, 10 de noviembre de 2022

La Santa Obediencia

Ya mencionamos anteriormente la grandeza de la pobreza evangélica, ahora podemos esbozar algunas palabras en honor a la santa obediencia, pero atención, que existe una obediencia que no obliga y a la que debemos huir como del mismísimo infierno, y es aquella con la que nos obligamos a hacer algo que está mal: contrario a los mandamientos o que dañan la integridad o el buen nombre ajeno. Es necesario recordar que esta obediencia no obliga y si por error nos sometemos a ella no será tenida en cuenta, al contrario, al cumplirla nos hacemos cómplices del mal y merecedores de castigo.

Pero no hay palabras para alabar la santa obediencia. Por ella Dios se vale para hacernos saber su voluntad. Se puede decir que Dios da a conocer Su voluntad mediante la obediencia. Los hijos deben obedecer a sus padres mientras están bajo su mandato como un religioso deberá recurrir a su superior. Hay que notar que los hombres pecamos y somos débiles y esto puede confundir en cuanto al discernimiento, puesto que naturalmente cuanto mayor santidad o virtud muestre una persona, naturalmente se tiende a confiar más en la misma, mientras uno se encuentre en estado de gracia.

Los frutos de la obediencia se ven tanto en la vida laica como consagrada, como es el caso de religiosos o sacerdotes, que tienen la misión más importante de hacer llegar la gracia de Dios a los fieles de la manera más perfecta. Sé del caso de un sacerdote que después de la celebración de la Misa hacía imposición de manos y como era mucha la gente que hacía cola para recibirla le autorizó a su ministro de la eucaristía para que también lo hiciera. Conozco a una persona que asistió a esta celebración y recibió la “bendición” mediante la imposición de manos de parte de esta persona (de quién desconocía que no tenía la autoridad para hacerlo) e inmediatamente se empezó a sentir mareado y con ganas de vomitar, y esto luego de comulgar. Más tarde se enteró que esta persona que hacía imposición de manos no debía y el sacerdote estaba desobedeciendo al autorizarlo. He escuchado de grandes desgracias de personas que han desobedecido a sus padres aun creyendo que daban honor a Dios. Conozco el caso de una persona que estaba por realizar un viaje y la madre le avisó que soñó dos veces que lo iban a matar en aquel lugar y esto sin que el hijo aún le comunicara su decisión de hacerlo. Gracias a Dios en esta ocasión el aviso de su madre fue motivo para cancelar aquel viaje.

Por lo tanto la obediencia es el camino seguro y eficaz para el cumplimiento de la voluntad de Dios. También es importante discernir y no tomar las decisiones precipitadamente, especialmente cuanto más importante es aquello que debemos decidir.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Reflexiones 2

1. Aceptando los bienes y los males…

“El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar también los males?” Un pasaje de la Biblia del libro de Job que puede pasar desapercibido, pero resume el camino que el Señor pide para entrar en el Reino de los Cielos: S.MATEO - Cap.18, 3 “Si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos”.

No es sencillo ponerse en manos de Dios nuestro Padre, primero hay que tratar con El. Como en la vida y así como nos relacionamos con nuestros padres naturales, hay idas y vueltas. Al principio lo escuchamos con atención (aquellos que deseamos conocerlo), luego nos olvidamos de cumplir aquello que nos pide o nos desalentamos por el trato con el prójimo. Lo importante es siempre volver a nuestro Padre celestial que está pronto a perdonarnos, recuperar ánimo y volver a la senda de la confianza y de la caridad, el camino que nos lleva al Cielo. Aquel que encontró santa Teresa del niño Jesús, que lo describe como el camino más corto al Reino de los Cielos.

Tampoco es sencillo tratar con Dios nuestro Padre, puesto que como se suele decir: donde está Dios, el diablo mete la cola. Seguramente habrán tentaciones y pruebas (y esto es señal que es el camino correcto) pero por la constancia salvaremos nuestras vidas (Lucas 21, 19).


2. El justo aprecio de nosotros mismos…

La mortificación de los sentidos y las disciplinas que nos imponemos a veces para dominar las pasiones ciertamente son meritorias pero no hay que olvidar que toda penitencia y oración deben ayudar a acrecentar la caridad hacia el Dios y el prójimo. Como dijo san Francisco de Asís en cierta ocasión, que puede haber personas que logran largas horas de oración y mortificación, pero al ser insultadas o menospreciadas enseguida se ofenden e irritan.

Podemos tomar la cita evangélica: “Si te golpean en una mejilla, ofrece también la otra”, o “si quieren quitarte la túnica, déjale también el manto”. Requiere madurez espiritual poder vivir estas enseñanzas, ciertamente no se consigue de un día para el otro. Primeramente habrá que hacer nuestros algunos hábitos que nos permitan actuar de manera adecuada ante ciertas circunstancias.

Esto no implica despreciarnos a nosotros mismos, sino por amor a Dios y al prójimo ser condescendientes con la miseria ajena. Para empezar, dar limosna y no despreciar al necesitado pueden ser los hábitos que nos lleven al heroísmo.


3. De vuelta al Padre

La ciencia no puede explicar el origen y el ser del hombre. Lo que es no es un misterio es que el hombre posee un alma inmaterial (puesto que posee potencias inmateriales y es capaz de abstraer) y que fue creado, esto es, no surge de una supuesta evolución, como afirma alguna teoría que hasta el momento no tiene ningún sustento verificable, la cual pareciera más bien una fábula adolescente inventada que una teoría científica. Y como dice el proverbio: De la nada nada surge.

Es necesario leer las Sagradas escrituras para intentar conocer el origen del hombre y en ellas encontramos que al principio vivió en el Paraíso, un estadio inferior a la Visión Beatífica.

Si bien pareciera que el hombre quedó reducido a una condición miserable, gracias a la misericordia de Dios ahora puede alcanzar el estadio que el tentador le ofreció en el Paraíso. Usando la lógica: si por desobediencia el hombre se alejó del Padre, tiene que ser por obediencia que podamos volver a El. Dios nos ayude a darle a su Palabra en las sagradas escrituras la importancia que merecen.


4. La pedagogía de la Sabiduría

Al leer la vida de los santos podemos quedar admirados de las máximas y virtudes que los adornan. Pero, esto se suele dar al final de un camino rudo y exigente, que generalmente pasa desapercibido.

Todos podemos alcanzar la santidad, como dice J. Escribá de Balaguer, es haciendo con amor lo cotidiano donde está la santidad. Efectivamente, las grandes obras son llamativas y pueden inspirar, pero estas son obras de Dios, y es Él quién las hace prosperar. También en esto, en toda gran obra, hay un gran sacrificio humano que la hace posible, y también pareciera que el sacrificio es proporcional al éxito de la obra.

Es cierto que no se ven muy seguido, lamentablemente, personas sabias o santas hoy en día, pero qué prósperos fueron algunos períodos de la historia que vieron nacer varios santos que fueron contemporáneos, con su entusiasmo contagiaban y entre ellos podían valerse para no desanimarse.

Leemos en la Escritura: Al comienzo, la Sabiduría lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias. (Eclesiástico 4, 17).

Se puede decir entonces que es necesaria la perseverancia para ser sabios y humildes. Los deportistas que perseveran alcanzan el dominio de su profesión, y sólo en este estado se tiene una real conciencia de lo que implica ser un atleta “olímpico” y el sacrificio que demanda. Perseveremos pues en la pedagogía de la sabiduría como un atleta olímpico para alcanzar el premio de los que llegan a la meta.


5. Sin guardarnos nada

He conocido personas que realmente han inspirado con su trabajo, pero algo curioso, que las que más se han esforzado, digo, realmente esforzado, son personas humildes. En cambio, no sucede así con aquellos de los cuales se podría pensar que triunfaron en sus profesiones, pero no se puede decir de los mismos que se distinguieron por su esfuerzo. El trato con estas personas da la sensación que son soberbias y que desprecian a otros, pero su conocimiento es muy inferior al primer grupo que menciono, es realmente una diferencia abismal.

¿Cómo es que alguien mediocre que haya “triunfado” pueda ser tan soberbio, mientras que el que realmente sabe en la profesión sea humilde? Se podría explicar aduciendo que el segundo es consiente que la sabiduría es “prestada” y reconoce a Su artífice o que conoce sus límites en cuanto al saber, mientras que el primero cree que ha prosperado (humanamente hablando con lo poco que pudo aprender) por su mucho saber.

Creo que es imposible llegar a un alto grado de progreso en cualquier ciencia y no reconocer una ayuda divina en el proceso. Es que la especificación es tan grande y tanto el tiempo de aprendizaje para realizar con exactitud aquello que nos proponemos (sumado al conocimiento limitado que aún tenemos) que a veces no alcanza una vida para ver los resultados y Dios en su misericordia nos da una mano para que podamos ver resultados de nuestro esfuerzo.

Ciertamente el Señor actúa de muchas maneras y también en modos misteriosos para los hombres, pero siempre recompensa el esfuerzo de una buena voluntad.


6. Medjugorje, un llamado..

Medjugorje es un pueblo de Bosnia-Herzegovina rodeado de montañas (de ahí su nombre) donde la Madre de Jesús desde hace más de 30 años está dando mensajes a la humanidad. ¿Qué puede ser más importante después de la Palabra de Dios que un acontecimiento de esta índole? Anteriormente también sucedió en Lourdes y Fátima donde dio mensajes a la humanidad alertando del grave peligro en que se encontraba y la inminencia de dos guerras mundiales (una primera pronto a desatarse y si el hombre no se convertía llegaría también una segunda).

En mi estadía logré ver a dos de los videntes e interiorizarme con la magnitud de lo que ha provocado el difundirse de los mensajes mensuales que fueron recibiendo los videntes. Cabe destacar que la Iglesia no puede emitir un veredicto sobre el asunto hasta que cesen las apariciones, aunque sí puede alertar a los fieles si encuentra algo que vaya en contra de la doctrina de la Iglesia, hecho que hasta aún no ha sucedido, y realmente se ha estudiado el asunto hasta en sus pormenores.

En Fátima la Virgen dio tres secretos a revelarse en un futuro, aquí en Medjugorje los videntes han recibido 10 secretos, y todos los que presenciaron la aparición los conocen y no pueden revelarlos hasta una semana antes de que sucedan. Ciertamente genera intriga este hecho de que haya secretos considerando que lo que se anunció en Fátima se ha cumplido al pie de la letra. Lo que sí se sabe es que cuando cesen las apariciones quedará como signo una señal visible no hecha por mano del hombre y que todos podrán ver. Pero se comenta que no hay que esperar a que esto suceda para convertirnos puesto que ya podría ser tarde.

En fin, ¡gracias Madre por tu visita y tus palabras de consuelo y aliento!, danos la voluntad de siempre ser mejores.

domingo, 30 de octubre de 2022

Arca de la Alianza

Cuando el hombre fue expulsado del Paraíso su corazón se inclinaba constantemente hacia el mal, leemos en el libro del Génesis:

(Gn. 6, 5-6, 8) Cuando el Señor vio qué grande era la maldad del hombre en la tierra y cómo todos los designios que forjaba su mente tendían constantemente al mal, se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra, y sintió pesar en su corazón. (…) Pero Noé fue agradable a los ojos del Señor.

(Gn. 6, 11) La tierra estaba pervertida a los ojos de Dios y se había llenado de violencia.

(Gn. 6, 12) todos los hombres tenían una conducta depravada.

Cuando la maldad llegó al colmo sobre la tierra puesto que los hombres se mataban entre sí y no había moral, Dios quiso que el hombre no desapareciera e hizo construir un Arca, para que todo el que creyera en Dios subiera al Arca, puesto que la perversión y la violencia habían llegado a extenderse por toda la tierra.

Por esto, las aguas cubrieron la superficie de la tierra habitada. Pasada la inundación, Dios hizo una alianza con el hombre y se vió por primera vez el arcoíris.

Pero si leemos el libro del Apocalipsis también se habla de un Arca de la Alianza:

Apocalipsis 11, 19: En ese momento se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza, y hubo rayos, voces, truenos y un temblor de tierra, y cayó una fuerte granizada.

Este pasaje se menciona luego de que el ángel tocara la séptima trompeta que anuncian los castigos futuros que deberá padecer la humanidad, y posterior a este pasaje:

Apocalipsis 12, 1: Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.

Por lo tanto el Arca de la Alianza del Antiguo Testamento es figura del Arca de la Alianza del nuevo Testamento cuando la humanidad llegue nuevamente al colmo de la maldad y Dios nos muestra que vuelve a darnos otra vez un Arca para encontrar refugio seguro. La Iglesia reconoce en María la figura de la nueva Arca y por eso se la saluda en las letanías como: Arca de la Alianza.

martes, 25 de octubre de 2022

La Pobreza evangélica

Son tres los votos que hacen aquellos que ingresan al noviciado: Castidad, Pobreza y Obediencia.

El voto de Pobreza que parece menospreciado hoy en día es realmente un pilar de la Iglesia. Lo practicaron los discípulos del Señor a ejemplo de El mismo y es mandado a ser practicado por toda la Iglesia.

Ciertamente no demanda lo mismo para un laico que para una persona consagrada. Para un laico la pobreza evangélica puede ser entendida como una forma de vida desprendida, sin apetecer por encima de nuestro uso, ayudando a los necesitados, etc. Para un religioso o consagrado es más bien depender de la Divina Providencia.

Hubo dos santos que al ver que este voto era menospreciado lo vivieron ellos mismos a ejemplo de los apóstoles: san Francisco de Asís y santo Domingo de Guzmán. San francisco se desprende de todos los bienes y empieza su vida dedicada al Señor solamente con lo que llevaba vestido. La suya fue una actitud heroica y el Señor la recompensó. Santo Domingo pudo ver que la manera de misionar en su época era inadecuada: los predicadores iban en carruajes, con ayudantes y secretarios, y se hospedaban en los mejores alojamientos, y no conseguían apartar a los cristianos de la herejía albigense que invadía Francia. Por esto, junto con algunos compañeros, fueron a predicar a pie, sin más que los libros que necesitaban para ejercer su oficio. Cuando debían sufrir las penosidades del viaje santo Domingo decía que la próxima predicación iba a ser fructífera, y así sucedía.

Dos hombres viviendo la pobreza evangélica con maneras distintas de evangelizar. San Francisco predicaba con su vida que iba en contra de la sociedad feudal de aquella época, empeñada en acumular tesoros. Para este santo todo lo que necesitaba saber estaba en la lectura de la Biblia. Santo Domingo que tenía una carrera de estudios, refutaba con argumentos a aquellos herejes que expandían el error entre los católicos. La predicación de san Francisco arrasaba mientras que la de santo Domingo apenas convencía, pero la Virgen María fue en ayuda de este último y le dio un arma poderosa que iba a darle el triunfo contra los herejes: el rezo del Rosario.

Esta similitud a grandes rasgos también puede verse en las figuras de san Pedro y san Pablo que la Iglesia conmemora en un mismo día: 29 de Junio.

Qué gloriosa es la santa pobreza. Que la vida de la Iglesia sea siempre un reflejo de esta virtud, que quienes la han vivido han llegado a ser grandes santos.

sábado, 22 de octubre de 2022

Puntos de inflexión

Todos reconocemos en nuestra vida uno o dos puntos de inflexión, como disyuntivas que determinan nuestra vida en adelante. En mi caso personal puedo decir que fue la confesión de toda mi vida a los 20 años. Luego surgieron nuevas metas y objetivos, acompañados de cambios de hábitos.

Estos puntos de inflexión no son iguales para todos. He escuchado otros distintos a mi caso, por ejemplo, para una joven fue un novio que dejó por otros placeres y cuando tuve la oportunidad de conversar con ella ya en su adultez me confesó que Dios le había puesto esa persona en su camino y no hubiera lamentado su vida hasta ese momento si hubiera tomado la decisión de permanecer fiel a su anterior pareja.

Leemos en la vida de los santos que el punto de inflexión para san Ignacio de Loyola fue su conversión al leer la vida de santos mientras se recuperaba de una lesión mientras era capitán de guarnición.

Es importante aprovechar esos instantes de lucidez que Dios nos otorga que darán sentido o llenarán nuestra vida en este mundo o por el contrario como pude verificar al dialogar con otras personas producir un vacío interior o incluso llevarnos a terminar eligiendo la oscuridad como modo de vida (¡ay, que penosa vida!).

Esos instantes de lucidez pueden venir en cualquier estado o circunstancia, recuerdo de una persona que me relató cómo vio su vocación con tanta claridad mientras se afeitaba de rutina por la mañana que nunca vaciló de tomar aquel camino… mientras se afeitaba!, a mí me sucedió algo similar, me pregunté si quería cambiar o seguir adelante con la misma vida que llevaba hasta ese momento, gracias a Dios quise cambiar de vida, ahora no me arrepiento. Ese fue el primer cambio.

En fin, puedo decir que no son muchos los momentos de decisiones de vida, pero ese instante en que tomamos esa decisión que parece pasar desapercibido (¡y ese es el momento en que hay que decidir!) lo cambia todo.