lunes, 28 de febrero de 2022

LIBRO DE EZEQUIEL - CAPITULOS 38 Y 39



Estos dos capítulos evocan un acontecimiento futuro (Esto sucederá al cabo de mucho tiempo -Ez. 38, 16) en el cuál un ejército poderoso penetrará en el territorio de Israel ya devastado y este ejército vendrá de un país del norte (Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Gog, el príncipe supremo de Mésec y Tubal, en el país de Magog, y profetiza contra él. - Ez 38, 2).

Estos dos capítulos son un aparte en la narrativa del libro de Ezequiel, puesto que no presentan un continuo con las advertencias y exortaciones que el Señor pronuncia por medio del profeta, quien profetizó antes, durante y luego de la caída de Jerusalén y el exilio del pueblo judío hacia Babilonia. Además los capítulos posteriores narran la visión del profeta sobre las indicaciones a seguir para la reconstrucción del templo de Jerusalén, cuyos preparativos comienzan en el año 539 a.C. cuando Ciro el grande, rey de los Persas, entra triunfalmente a Babilonia.

Por lo tanto el libro de Ezequiel anuncia el cumplimiento de las amenazas o la maldición que Moisés pone delante del pueblo, si éste se apartaba del culto al Señor e imitaba las prácticas abominables de los pueblos vecinos. Esto se hace realidad con el exilio a Babilonia, y luego sólo falta el cumplimiento de la promesa de una Nueva Alianza, en la que el Señor hablará él mismo al pueblo y derramará su espíritu, de manera que todos puedan conocerlo:
El dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra». (Is 49, 6)

Con nuestro Señor Jesucristo se ha cumplido esta profecía, por lo que cabe preguntarse ¿a qué hacen referencia estos acontecimientos de los capítulos 38 y 39? ¿cómo se pueden explicar?; puesto que analizando la historia del pueblo de Israel no se verifica el cumplimiento de estos acontecimientos.

Según el anuncio del profeta, cuando esto suceda habrá una intervención directa del Señor en favor del pueblo de Israel y habrá grandes signos (temblarán ante mí los peces del mar, los pájaros del cielo, las bestias del campo, todos los reptiles que se arrastran por el suelo y todos los hombres que hay sobre la faz de la tierra. Se desplomarán las montañas, caerán las pendientes escarpadas y todos los muros se derrumbarán por tierra -Ez. 38, 20-)

Y luego de estos acontecimientos el Señor derramará también su Espíritu sobre el pueblo de Israel:

CONCLUSIÓN (Ezequiel 39, 29)
Y ya no les ocultaré más mi rostro, porque habré derramado mi espíritu sobre la casa de Israel –oráculo del Señor–.

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